domingo, 25 de septiembre de 2011

Un encuentro con Ro.

La historia de un encuentro en el tiempo, y en la distancia.

15:30 Viernes, Abasto de Buenos Aires.

Y ahí estaba yo esperando a alguien que solo conocía en fotos adolescentes, que nunca vi por una webcam, y que siempre había estado tan lejos en el mapa.  Lejos pero también cerca, por que representaba para mi, ese alguien de ese país que me gustaba.  Como los últimos meses, simplemente estaba, sin pensar mucho y en todo al tiempo, simplemente estaba, con la tranquilidad que solo se siente cuando uno está, cuando no se habla, critica, o ríe desde lejos, sino pisando el sitio en cuestión. Cruzamos un par de e-mails para poder coordinar nuestro encuentro, no hubo que explicar mucho, solo un impulso y el sentir, poder ver a alguien que siempre, de una forma estuvo ahí.

10 años atrás este país vivía una de sus crisis económicas más significativas, mientras ella se conectaba en sus clases de cómputo y una que otra vez coincidíamos en el chat, para ese entonces de moda. Pero incluso no estaba de moda,  las conexiones caseras eran por modem y los servicios de correo el contacto más real con el mundo virtual. Eran los tiempos en que no se sabía que pasaba en esa pantalla de PC.  Yo conocí a Ro ahí, y seguro también pensé que todo quedaría ahí.    El impulso está presente desde entonces. Una carta que demoró casi un mes para llegar, justo antes de su cumple. La respuesta de ella. Otra carta, otras coincidencias. Y luego 10 años que pasaron volando. 10 años con una velocidad, y una aceleración constante, donde pasó de todo. Y uno no sabría explicar cómo, pero todo ese tiempo, siempre tuve la certeza de poder llegar a esa ciudad que me atraía, sin saber por qué.  Siempre tuve la certeza también de algún día conocer a mi nueva amiga argentina.

Para ese entonces yo no conocía ni imaginaba como era todo, y simplemente se me hacía un lugar para llegar, o para ir.  Gracias a Ro, a sus correos, a sus cartas, a sus fotos, a los recortes del Boca de los Colombianos o de los Recitales de Fito, pude conocer un poco de eso que me atraía.  Pude venir antes, lo sé, pero seguro el tiempo era ahora.
Seguro todo esto pasó por mi mente en los cinco minutos que demoró en llegar. Ahí estaba, tan señorita , ahora Mamá de un lindo bebé, tan de Boca, tan bostera, tan Argentina. Once años después estábamos frente a frente.

El café, las historias no contadas, el tiempo corto, los días para reponer, el estar, el lejos, cuánto se puede decir en tan poco, cuánto se puede mirar sin ver.  Y sobre todo que bien se siente conocer a alguien que siempre estuvo. Hay cosas que no se pueden explicar. Este encuentro en el tiempo, y sólo pensando en que los 10 años, pudieron ser el día anterior, es una de esas. Cambiamos con el tiempo, nos cambió el tiempo, y seguimos estando, y supongo estaremos siempre.

De todo eso que hablan o escriben sobre amistades "virtuales" pocos saben, pocos de verdad lo pueden vivir.  Y lo virtual es entonces una falta de actualización. solo eso. la materialidad no existe.Al final de la historia entonces, te das cuenta que al final terminamos más cerca, que el Abasto me queda a pocas cuadras y que 6000 kms y 11 años, no son tiempo ni distancia. Que tan bueno fue verte Ro!

1 comentario:

  1. Mejores palabras que las escogidas para describir ese momento (el encuentro) como los 10 años que transcurrieron volando, creo que no hay. Que bárbaro!!! Tantas historias cruzadas, tantos momentos compartidos a la distancia, cartas, fotos, recortes, info y obsequios. Dicen que los sueños sueños son, pero a veces se hacen realidad!

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