El otoño llegó con un descenso de la temperatura hasta los 8 grados y una tormenta que dejó algunos muertos, cortes de servicios públicos, y muchos árboles y muros caídos. El verano terminó con la llegada de las últimas primeras clases de este sueño inconcluso. Dicen que los veranos terminan cada semana. Y este otoño que comienza hace parte del resto. Ya cumplí con mis cuatro estaciones, con el cuatro por tres, y supongo que con el uno más dos del doce también. Me gustan las estaciones, ese cambio de temperatura, el cambio de colección, el cambio de ropa, el cambio de colores, la espera por cada 21, por esos días que marcan el cambio y al tiempo siento un poco la angustia de que es un ciclo que siempre se repetirá y eso se puede volver muy aburrido, muy cotidiano y muy poco emocionante. Del verano me quedo con sus noches largas, con el sol dando lo mejor de sí hasta las 21 horas. El verano agota y duerme y siempre pienso que el otoño no se lleva los buenos colores de los días calurosos, sino que los perfecciona un poco. Los vuelve recuerdo. Los vuelve momentos en sepia.
viernes, 6 de abril de 2012
Otoño
El otoño llegó con un descenso de la temperatura hasta los 8 grados y una tormenta que dejó algunos muertos, cortes de servicios públicos, y muchos árboles y muros caídos. El verano terminó con la llegada de las últimas primeras clases de este sueño inconcluso. Dicen que los veranos terminan cada semana. Y este otoño que comienza hace parte del resto. Ya cumplí con mis cuatro estaciones, con el cuatro por tres, y supongo que con el uno más dos del doce también. Me gustan las estaciones, ese cambio de temperatura, el cambio de colección, el cambio de ropa, el cambio de colores, la espera por cada 21, por esos días que marcan el cambio y al tiempo siento un poco la angustia de que es un ciclo que siempre se repetirá y eso se puede volver muy aburrido, muy cotidiano y muy poco emocionante. Del verano me quedo con sus noches largas, con el sol dando lo mejor de sí hasta las 21 horas. El verano agota y duerme y siempre pienso que el otoño no se lleva los buenos colores de los días calurosos, sino que los perfecciona un poco. Los vuelve recuerdo. Los vuelve momentos en sepia.
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