sábado, 19 de marzo de 2011

Verano




Para mí el verano fue corto pero sustancioso creo.  Un verano de altas temperaturas y seguro, del que no intenté huir.  Por varias cosas no lo disfruté completo y seguramente los días más difíciles de calor para mi estuvieron más que
bien en mi casa en Colombia.

El verano tampoco se parece a la primavera y ahora entiendo su importancia, el verano son vacaciones, descanso y felicidad. Playa y Mar tal vez.  Es recargar energías para un año completo.
Estuve aquí el último mes con temperaturas que no bajaron los 25 grados y con un sol que no para, y un cielo azul que nunca termina. Cero nubes y demasiada humedad, a veces donde no corren los buenos aires y la ropa se pega al cuerpo.

Varias noches me desperté a la madrugada sofocado y con bastante sed. Seguro me faltó quedarme, pero nunca me sobró irme. Ahora sé que me puede gustar un verano en Baires, ciudad que se inunda de turistas, especialmente europeos que vienen huyendo del invierno y bastantes brasileños que aprovechan su buen cambio de moneda.  Las plazas se convierten en playas improvisadas, las gafas de sol son accesorio necesario y seguro varias cosas dejan de ser.

Volví para quedarme y llegué para disfrutarlo. En dos o tres semanas pasaron tantas cosas y pude disfrutar de a poquito de todo, que me siento 100% recargado y renovado. La compañía ayuda y los impulsos de otro son necesarios.  Ahora tengo un trabajo de medio tiempo, un nuevo departamento, pequeño pero más mío (aunque nunca lo sea), ahora me siento mucho más tranquilo y supongo cada cosa tiene su tiempo, seguro tampoco hay que forzarlas pero no hay que dejar de buscarlas, de tratar de llegar y sobre todo de querer disfrutarlas.
No he ido a la playa y ya empezó la FACU nuevamente, cada vez hablamos más diseños y seguro ya no me pierdo en la gran ciudad y me ubico fácilmente, hasta sirvo de guía.  Las fotos han quedado un poco al lado y todo se vuelve emoción, instantes en el tiempo, y en este lugar y solamente en este punto. La ciudad marcha al calor sofocante de las 3. A las 7 el sol brilla en el rio de la plata y a las 9, las 9 eran una buena hora para caminar.  Me trajeron tus ganas. Me esperaba tu espera.

Poco a poco llegan los días con cambios drásticos de temperatura y vientos fríos que cortan el aliento, también seguro hay más gente y estudiantes por inicio de año.  También hay varias cosas por venir.   Estar dentro de una "oficina" en Buenos Aires también es motivan y sobre todo enriquecedor, se aprende y se sigue aprendiendo a entender al país y a su gente. Aunque convencido no cambio las charlas con mis compañeros extranjeros de postgrado sobre lo que somos y no somos, seguro ha sido el mejor aprendizaje: encontrarme con gente que tiene intereses comunes pero seguro formas diferentes de ver la vida, eso ha sido maravilloso.
Ahora es hora de empezar el otoño que seguro se hará corto, porque el invierno, el invierno siempre acosa.

Siempre siempre los extraño y pienso a todos.
Mil abrazos. Mil gracias.


* he vuelto a escribir sobre Buenos Aires. Quiero seguir haciéndolo, pero no lo niego: es una ciudad bastante difícil para poder poner en palabras.

1 comentario:

  1. si, el invierno siempre es cómo una campanada, pero a la vez es un tiempo de regocijo y recogimiento.
    Muchos abrazos!

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